Befbito con la adrenalina –y el licor- a mil estacionó su
auto en medio de la pista y puso sus luces de emergencia para que no sea
inoportunado por otro mal nacido de la carretera… otra bestia en ruedas.
“Este reconchatutia no sabe con quién se ha metido caracho!
Ta que hoy estoy bravo! Hip!” –vociferaba mientras se remangaba su polito rojo
–apretadito y afeminado-. En esos
momentos de emoción, la mente de Betito
sentía que podía batallar con el mundo y salir triunfador y había un motivo oscuro
para ello…
Hacía algunos meses que nuestro triste personaje se había
inscrito en el gimnasio (para contrarrestar su fama de alfeñique), gracias a lo cual pensaba le había dado los
músculos y fuerza necesarios para vencer a cualquiera que se cruzará en el
camino y esto gracias a su batido de anabólicos esfuerzo con las pesas. Pero la sucia verdad de la milanesa era
que le encantaba y se volvía loca por publicar sus selfies maricones,
esto lo conseguía entrando al gym (el cual había pagado 10 años de membrecía en
un solo pago y sin descuentos), poniéndose su licra pegadita, tomándose una foto
afeminada dizque ejercitando, y luego de las pictures (minutos después), se iba
derecho a las duchas del gimnasio ya que en su jato solo había agua de desagüe
fría (a betito le gustaba sentir el agua calientita en su potito), por otro
lado sentía que ahorraba algunos chibilines (que imbécil!!!!).
Pasarían los años y nuestro triste héroe seguiría mandando
estúpidos selfies en el gym con el título “live” utilizando distintas redes
sociales tales como facebook, whatsapp, messenger, etc. Lo que nunca sabría es que
sus amigos y su propia flaca eliminaban todas estas fotos sin compasión y en el
facebook simplemente lo bannearian como amigo. “Qué raro que nadie de mis
amigos de like” se preguntaba Befbito….
Regresando a nuestra historia, Betito bajó de su “auto
deportivo” (reemplazante del conocido “Toyo”), apretando los puños y ajustando
el potito (“soy de la cato mierda”), mientras que sus compañeros de aventura empezaban
a esbozar una sonrisa con toda esta situación. Befbito empezó a caminar hacia
la camioneta todo envalentonado - “ta mare baja tus luces altas cagón de
mierda!” - pensaba mientras se acercaba, ya a estas alturas creía prudente solo
tener sus ideas más aguerridas en su mente y no gritar nada por precaución.
Betito siguió acercándose lentamente y poco a poco sentía como
el camioneton se hacía cada vez más grande e imponente, las lunas polarizadas
le daban un cierto aspecto de película de gánsters y nuestro Befbito empezó a
sentir una gotita de sudor correr por su sien mientras su orto empezaba a
lubricar… “Chucha habrá que negociar! hip!” – volvió a pensar… Años después sus
amigos verían que como negociador este aturdido ser era un cero a la izquierda
y todo esto se cristalizaría en el famoso episodio “Los patrulleros y Betito”
que será motivo de otra historia…
Betito paró su marcha justo frente a la puerta del chofer de
la camioneta, al fin las luces altas no dañaban su limitada vista, pensó
aliviado sin tener clara su estrategia de combate (¿Sería chuzado nuevamente? ¿Lo
maltratarían una vez más como cuando le robaron sus CD’s piratas? No! Jamás!
esta vez el tendría el control de la situación y haría justicia!
Después de unos minutos de silencio, la luna polarizada comenzó
a subir poco a poco (mientras la hombría
de Betito iba bajando rápidamente), luego se empezó a abrir la puerta de la
camioneta (Betito sentía como el corazón
se salía de su pecho y la sensación de desmayo invadía todo su cuerpo), la puerta seguía abriéndose en una eternidad
de tiempo mientras pequeñas gotas de pichi mojaban el calzoncillo con hueco de
nuestro inmundo conocido. “Me desmayo!” – pensó lanzando un pequeño grito desgarrador
casi imperceptible…
En ese momento bajo un tío algo mayor que nuestro personaje
con aspecto de padre de familia. Betito al ver que no se enfrentaba a la mafia
o a un matonesco conductor sintió como el alma le volvía al cuerpo así como su
espíritu peleador y bravucón.
“Oe webon! Qué te pasa? Has rayado mi Carro!!! Caracho!” –
exclamo Betito airado, casi con ganas de arañar a su contrincante de turno.
“Oiga muchacho, es usted un imprudente! Como va a frenar
así?” – replico con calma el correcto conductor.
“Oe qué? Yo conduzco como quiero, yo soy de rrioba pe, soy
de Lainz oíste? Soy de Lainz!“ – grito Befbito. su estrategia de amedrentador
no tenia pierde, sus amigos delincuentones seguro estarían orgullosos de él y
no había dudas que obtendría la plata
para arreglar su ralladura y para un par de cajas de cerveza que invitaría a
toda sus amigos de su ex cuadra para que lo viesen como el héroe de la jornada,
aunque después de acabar las chelas ni un alma quedaría luego para congraciarse
con él... como siempre…
“Hijo, no me importa tu procedencia mejor dejémoslo así, a
mi auto también le has quiñado un poco el parachoque, pero no hay problema te
perdono, sigue tu camino triste criatura” – Respondió conciliador el
caballeroso señor.
“Nada won! Tú me pagas! Chocaste por atrás hijo de fruta!
Págame!! Hic!!” - exclamo más alto que
nunca Befbito, su furia esta vez sí era real! Aparte tenía dos compinches que
podrían ayudarlo a moler a golpes a su enemigo de turno si quería (Lo que no
sabía es que el chancho ya se encontraba durmiendo desde hace varios minutos y
que Josue no movería un dedo para salvarlo solo por el gusto de verlo sufrir y
ya había parado un par de taxis para irse… realmente era una lechuza rastrera).
De pronto, el correcto conductor, esbozo una sonrisa de
oreja a oreja, luego de soltar una sonrisa apenas perceptible y con algo de
malicia replicó tan fuerte que Befbito casi se desmaya nuevamente “Oe
conchatumadre! Mal parido! Estas borracho mierdaza!!! Ahora te cagaste perra!!
Me vas a pagar el quiñado! No! Mejor llamo a la policía!!”
En ese momento Betito sintió su piel de gallina y toda la
bravuconería, todo el poderío de sus ancestros y sabios consejos de los
delincuentes de sus dizque amigos de rrioba se esfumaron tan rápido como
llegaron. Betito una vez más sentía que era un perdedor y un don nadie, era el
momento de “negociar”.
“Pero siñorcito, no shhhe me moleste pe…. Creo que hubo un
malentendido, claro yo acepto dejarlo ahí y cada cual ir por shhhuu camino hip!
” - dijo en tono conciliador y casi
suplicante, mientras el conductor de la camioneta no sabía si reírse o meterle
un cachetadon por awebado.
“Nada borracho de mierda, ahora me pagas!” grito y luego
agarrando su celular (apagado) empezó a exclamar fuerte “Policía! Policía!
Necesito que vengan aquí!”.
“No patrón! Nooo po favoooo…. Nooo…. Hip!” Befbito empezó a
llorar desconsoladamente, no podía ir
preso! Que diría su mamita, sus amistades, la gente de su chamba Rabel! su jefa
droppy! Y sobretodo….su marido Dandy!!!!
De pronto, en medio
de las lagrimas Befbito recobro la poca cordura que le quedaba y casi
arrodillándose para pedir perdón exclamo “Siñorcito, yo lo querooo… yo li amo….
Por favor, no llame a la policía, arreglemos en buenos términos! hic!”
El extraño conductor hizo un análisis rápido de los daños de
su camioneta, al final era solo un quiñe que fácil lo solucionaba con una
pulida de 10 soles, mientras que el auto del alfeñique borracho si estaba
jodido y se debía cambiar toda un paño el chasis… “pobre
webon” pensó.
Mientras el pata iba cavilando nuestro héroe befbito no
sabía qué hacer, solo atinaba a poner su carita de gatito de shrek rogando a
todos los santos (ahora si creía en ellos) por la bondad y misericordia de su
oponente.
“Bueno mariconcito, dame 200 lucas y lo dejamos ahí!” –
exclamo el chofer.
“Pero patrón, me parece un poco oneroso su pedido para ese
pequeño quiñe… hip!” – replico nuestro amigo trayendo a la mesa su vena
negociadora.
“Que has dicho mierda? Ahora la tarifa sube a 300!!!” grito
el conductor, asustando a nuestro divertido personaje que a estas alturas ya
tenía todo el calzoncillo orinado y cagado.
“Está bien caballerooo…. Yo pago yo pago… no si moleste po
favoooo…. Befbito pagar tudito lindo amig-guito Hic!” dijo Betito sumiso como una putita del averno,
sin embargo al revisarse los bolsillos con hueco vio que no tenía más que 100
soles… “puta mare” pensó, luego dirigiéndose al conductor “un momento
siñorcito, voy a mi carro a buscar la platita, no se vaya” (estúpidamente como
si el patita se fuese a ir sin sangrarlo como a un mequetrefe)
Betito se fue raudo a su auto y sin más ni más, exigió a sus
compinches que le completaran el money:
“Cabrones necesito me financien! El señor del otro carro está muy ofuscado por mi falta! Ta mare, Uds que
no me ayudan como copilotos caracho! Ahora ayúdenme con la guita pues webones!
Hip!”
Deniro que recién despertaba miro a Josue y ambos se
empezaron a cagar de la risa, siempre Betito era motivo de gracia y nunca
dejaría de sorprenderlos.
Así, esta parte de la historia terminó con Deniro dándole 50
lucas a cambio de un pagare, luego Betito conseguiría el resto de dinero retirando
de un cajero como a 10 cuadras del lugar
(Josue tenía billete en el bolsillo de sobra pero como siempre quería ver
sufrir al Befbito, realmente era maliciosa esta víbora), luego, toda la suma de
dinero fue dada al conductor el cual se retiro cagandose de la risa con toda su
familia que iba con él, ya tenían guita suficiente para una buena cena y tragos.
Ya cuando la camioneta se encontraba lejos, Betito sintió
toda la ofuscación por este duro momento y el coraje contenido comenzó a
recorrer nuevamente sus venas y la
sensación de aventura nuevamente inundo todo su ser, “la noche es joven” pensó
insulsamente, luego grito cual caudillo: “Vámonos mierdas!! Vao al norte
cagadas!! Quiero mujeres! Quiero negras! Quiero nutrias! Quiero kk en
mi cara! Qué buena! Qué buena! Qué buena!!!!!!!”
La noche aun depararía más estupideces, perdón, aventuras
para nuestros tristes personajes y Betito pondría nuevamente a prueba su
destino…