Nuestros tristes héroes siguieron a Nandito sorteando las distintas maquinitas programadas para quitar todo el dinero que pudieran a la podredumbre ahí presente, hasta que llegaron a la dichosa ruleta... si la pudiéramos llamar así. En realidad era una maquinucha electrónica de segunda mano, no había un dealer, ni mucho menos las fichas y la mesa verde a cuadros común en las películas ambientadas en los casinos de las vegas y mucho menos la ruleta con la bolita rodando en ella, nada... solo era una traste viejo y sucio, en el cual la apuesta mínima era de 10 céntimos, la plata se depositaba en una mini ánfora y esta te daba a cambio "dinero virtual" por llamarlo así, para luego de presionado un botón la maquina estafadora diera el numero ganador (el cual siempre era distinto al que todo el mundo había apostado).
Así, Nandito depositó pacientemente las aproximadamente 80 moneditas de 10 céntimos (8 miserables Lucas en total), una vez terminada la faena salto en un solo pie gritando: "I am ready!!!" mientras frotaba sus manos y agarraba la minipija de Betito para atraer la suerte.
En eso antes que Nandito hiciera algún movimiento, Pepito hablo tratando siempre de que el accionar de Nandin sea mesurado y prudente: "Nandito checa bien no perder toda la guita, apuesta de pocos, recuerda que despacio se llega lejos y..."
"Calla mierda!!!" grito Nandito lleno de exaltación y con los ojos rojos arrojando una mirada desviada y chueca a la nada, mientras gotas de baba amarillentas emergían de su asqueroso hocico.
Luego tomo la palabra Betito: "Nandito! por favor, haz caso a Pepito, esa guita me alcanza para 16 medios pasajes!! Es una fortuna caracho!!" (En estos tiempos Betito nunca imaginaria que en el futuro tuviese guita y menos adquirir un mazda 3, fiel copia de su marido Pepito y que lo chocaría a la primera salida antes de asegurarlo, teniendo que endeudar hasta su alma y culo para pagar la deuda)
"Calla rechuchatuvida!!! Esta noche es mía!! Soy un Winer!!!" grito despavorido Nandito a punto de meterle la punta del zapato en la bocaza de su aturdido compañero de enfermedad.
A un costado los dos animalitos reían a más no poder, la Vizcacha trepaba con rapidez digna de un roedor, a las máquinas de póker electrónico y en medio de las luces y sonidos de las mismas, movía las garritas hacia arriba haciendo extraños círculos en el aire, en un extraña danza de apareamiento (lo más seguro que había visto una rata hembra emergiendo de alguno oscuro hueco del deplorable local) mientras el cerdo no dejaba de mirar los culos y piernas de las anfitrionas haciéndosele agua la boca, en realidad a él no le interesaba las cochinos 8 soles, ya que diciembre estaba cerca y tendría muchos juguetes para vender y poder comprar una respetable cena navideña consistente en choclos podridos y basura de la más alta calidad.
Así, en medio de los sonidos guturales, Nandito dio un rápido e inesperado movimiento hacia la mesa de la máquina y como un loco desquiciado empezó a presionar todos los números habidos y por haber de la ruleta, mientras la manchita miraba horrorizada, como los créditos de 0.10 iban bajando (80, 79, 78, 77….. 40, 39… 19, 18…)
“Mis pasajes…….!!” Pensaba Betin con los nervios crispados
Felizmente, por obra y gracia divina, las apuestas se cerraron y la maquina ya no permitía mas ingresos. Sin embargo, Nandito sin percatarse de lo sucedido, seguía marcando con sus garras sucias de las manos y hasta de los pies, todos los botones tratando de copar todos los números, para así dizque ganar o ganar.
Uno de los mastodontes de seguridad lo agarraron del poto y lo atornillaron a su silla
“Oe escoria, no ves que ya no se permiten mas apuestas??”
“No déjame!! Quiero ser millonario!! Déjame apostar, soy de tu clase!!!!” gritaba entre lágrimas este ludópata empedernido, hasta que un pedo de Deniro directo a su cacharro lo adormeció en una.
En medio de los sollozos de Nandito, una puti-anfitriona exclamo “Se inicia el juego” y presionando un botón la cafetera vieja empezó a sonar y las luces que se posicionaba numero a numero iban moviéndose cada vez más rápido e hipnotizando a nuestros tristes personajes.
Un rayo cruzó la mente de Nandito “Al fin seré rico! Dejaré de ser el hazmerreir al rasgarme las vestiduras si me roban un céntimo! Adiós cobradores de combi desalmados y belicosos que quieren cobrarme pasaje un sábado a las 12 de la noche! Adiós Chorrillos! con esta plata me iré a Europa! Todos me recordaran! Si!...”
En eso la lucecita empezó a detenerse….
domingo, 26 de septiembre de 2010
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